Hace unas semanas tuvo lugar el EUCO Summit, una reunión del Consejo Europeo en Bruselas. Se reunieron los presidentes y primeros ministros de los Estados Miembros de la Unión Europea, con el objetivo de nominar a los candidatos para los EU Top Jobs. Es decir: la presidencia de la Comisión Europea, del Parlamento Europeo, del Consejo Europeo, del Banco Central Europeo y del Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y PolÃtica de Seguridad.
Las propuestas del EUCO, tras varios dÃas de arduas negociaciones, fueron estas:
- Presidencia de la Comisión: Ursula von der Leyen (alemana, PPE)
- Presidencia del Parlamento Europeo: Weber (alemán, PPE) y Stanishev (búlgaro, S&D)
- Presidencia del Consejo Europeo (cargo electo, no nominado): Charles Michel (belga, RE)
- Presidencia del Banco Central Europeo: Christine Lagarde (francesa, EPP)
- Alto Representante: Josep Borrell (español, S&D)
Como muchos sabréis ya, la semana pasada, durante la primera sesión dela IX legislatura del Parlamento Europeo, la Eurocámara realizó la votación para su presidencia. Desestimando la recomendación del EUCO al respecto (puesto que éste no tiene la competencia sobre la candidatura a la presidencia del Parlamento Europeo), el PE eligió a David Sassoli (italiano, S&D) para presidir la Eurocámara durante los próximos dos años y medio.
La nominación más controvertida fue la de la alemana von der Leyen como candidata a la Presidencia de la Comisión. Al hacerlo asÃ, el EUCO acabó con el sistema Spitzenkandidaten, lo que enardeció al Parlamento y a los ciudadanos. Este sistema, que se implantó tras las elecciones de 2009 y que solo se hizo efectivo con Juncker en las elecciones de 2014, establecÃa que la candidatura a la Presidencia de la Comisión, propuesta por el EUCO, se elegirÃa entre los candidatos propuestos por los grupos polÃticos más relevantes de la Eurocámara. De este modo, los ciudadanos estarÃan votando indirectamente al que se convertirÃa en presidente o presidenta de la Comisión, y el proceso serÃa más transparente. Weber, Timmermans, Vestager, Keller y Cué, los Spitzenkandidats de estas elecciones, fueron desestimados por el EUCO. En su lugar, propusieron a von der Leyen, que ni siquiera se presentó a las elecciones como eurodiputada, y que actualmente ocupa el puesto de Ministra de Defensa en el Gobierno alemán, bajo la presidencia de Angela Merkel.
Pero la nominación del EUCO no es suficiente para ocupar la Presidencia de la Comisión. Es necesario que el Parlamento apruebe la candidatura, y eso está muy crudo. Esta semana, von der Leyen se reunió con los distintos grupos polÃticos para discutir con ellos su visión y sus propuestas, y tratar de convencerles para que apoyen su candidatura en la votación de la semana próxima. La Eurocámara está dividida. Conservadores (EPP) y liberales (Renew Europe, RE) han anunciado que la apoyarán, los últimos imponiendo una serie de requisitos. Los socialdemócratas (S&D) no tienen una postura definida. Los partidos socialistas provenientes de paÃses del norte se niegan a apoyarla, mientras que la lÃder del grupo socialista, la española Iratxe GarcÃa Pérez (PSOE) y los partidos socialistas del sur apoyan su candidatura, aunque tampoco salieron satisfechos de la reunión que mantuvieron con ella. Los verdes (Greens/EFA) y la izquierda europea (GUE/NGL) ya han comunicado que no la apoyarán. Otros grupos polÃticos, como el eurocrÃtico ECR, y partidos como Lega (Italia, Salvini) están más abiertos a su investidura. Este último está presionando a la candidata para que acepte como comisario italiano a la mano derecha de Salvini.
La candidata necesita 374 votos para ser investida. Salvo que decida apoyarse en el voto de la ultraderecha europarlamentaria, o S&D decida votar en su favor, las posibilidades que tiene Ursula von der Leyen de convertirse en Presidenta de la Comisión Europea penden de un hilo.
Julia Fernández Arribas
Presidenta de Equipo Europa